La otra cara del estrés
Pensar en estrés la mayoría de las veces puede ser visto como sinónimo de incomodidad, frustración y sentimientos negativos ¿pero que pasaría si te enteras que sentir estrés no significa tener un volcán de emociones negativas?, que sentirte estresado no siempre es falta de tiempo, atiborrarse de actividades escolares, de trabajo, de tareas domésticas o tener pensamientos intrusivos cuando se acerca un evento que sabes te causara tensión.
Bueno, que maravilla pensar en que el estrés puede desaparecer ¿no?, pero si te dijera eso, si te contara que puedes vivir sin él, tampoco estaría siendo del todo honesta contigo, lo que sucede con el estrés es que siempre está ahí, desde edades tempranas se hace presente en nuestras vidas; por ejemplo, cuando un niño se enfrenta con un nuevo reto o suceso ante el cuál no sabe como reaccionar, o desde el momento en que un ser humano nace y se enfrenta con algo totalmente nuevo, al buscar la forma de adaptarse a su nueva vida y aprender a comunicar sus necesidades el cuerpo generará niveles de estrés que deberá ir manejando para adaptarse al mundo.
Conforme vamos creciendo, en las distintas etapas de nuestra vida, enfrentamos momentos estresores a distintos niveles, por ejemplo, conocer a alguien nuevo, entrar a un salón donde no conoces a nadie, llegar a esa oficina en tu trabajo nuevo o presentar ese proyecto en el que trabajaste tanto, ir al cine sola (o), presentar evaluaciones, pedir integrarte a un equipo de trabajo, de baile a un grupo nuevo de amigos, y así un sin fin de situaciones más, entonces ¿a que me refiero con la otra cara del estrés? .
He escuchado a muchas personas decir que el sentir estrés es algo que les impide realizar actividades en su día a día, pero, la irritabilidad, problemas de sueño, dolores de cabeza, que no alcance el tiempo, entre algunos otros síntomas, son simplemente una cara de las varias que tiene el estrés, si giras un poco la mirada para verlo desde otro ángulo, podrás observar que aquel niño que al intentar caminar y caerse una y otra y otra vez, vuelve a intentarlo hasta lograrlo, y de repente el caerse lo toma como impulso para levantarse y así caminar de nuevo por todo el pasillo, bueno, esa es la otra cara del estrés, verlo como aliado y no como enemigo, por muchos años se ha señalado que el estrés es malo y que es algo de lo que hay que deshacerse, que vivir con él es imposible, pero si comienzas a verlo como un aliado del que puedes agarrarte para tomar impulso, entonces, caminarás muchos kilómetros con él a tu lado sin que afecte tu andar, aprender a hacer las paces con las sensaciones negativas no es algo que se escuche muy comúnmente, es normal querer rehuir de lo que nos hace sentir incómodos, pero es justo eso, lo que te hace tomar impulso para crecer y aprender.
El estrés es una reacción natural del cuerpo, acepta que aparecerá a lo largo de tu vida, pero hacerlo tu aliado, es una gran herramienta para comenzar a vivir tranquilo.
Psic. Abril Alejandra
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