¿Me voy?
Alejarnos de lo que nos hace daño.
Leer esta frase es muy sencillo para todos nosotros ¿Qué es lo realmente difícil?
Exacto, alejarse de lo que nos hace daño.
Irse resulta emocionalmente complicado, y en este texto me voy a enfocar en las relaciones que nos lastiman, de amigos, de pareja o de familiares.
Cuando uno se encuentra en esa situación a veces es complicado observar las conductas, y aún más, las palabras que nos lastiman.
A nivel personal, creer que una persona que queremos sea capaz de lastimarnos o no desearnos éxito o bienestar resulta dificil de creer, ver que viene de quien menos esperabas, por supuesto que genera emociones de tristeza, enojo, falta de comprensión, y entre algunas otras emociones; pero muchas veces éstas conductas ejercidas por terceros no son del todo conscientes, las personas actuamos con lo que concemos y tenemos, y muchas veces conforme a las heridas que tenemos, y sobre todo, las heridas que hemos o no sanado.
Con esto no estoy diciendo que hay que justificar las acciones hirientes, lo que digo es que el comprender el porqué de éstas acciones o de dónde surgen, nos hace darnos cuenta de que son totalmente independientes a lo que hacemos, decimos y somos.
Sin embargo, cuando sentimos que algo o alguien nos está hiriendo, es importante hablarlo, externar como primer punto, cuando hablamos acerca de lo que sentimos, de lo que percibimos, entonces podemos crear un diálogo que nos permita calmar los pensamientos y generar confianza para que la otra persona también pueda compartir su sentir y pensamientos y entonces generar una retroalimentación y saber qué camino tomar a partir de aquí.
Pero ¿Qué pasa cuando alguien decide simplemente no decir lo que sucede?
Esto, aunque resulte doloroso, resulta ser una situación que no queda ya en nuestras manos, son acciones y sobre todo, decisiones que no son nuestras, o bien, tuyas, entonces queda respetar el espacio y la decisión de alejarse, esto es lo que hará una diferencia, no en ellos, sino en ti.
La decisión de terceras personas de irse sin explicación o herir con actos o palabras, no define quién eres.
Si buscamos constantemente una solución y explicación, lo que pasará es que la mente estará “torturandose” constantemente, querer hablar con alguien que no quiere emitir una palabra, seguirá siendo dañino para ti, para tu mente y para tus emociones.
Y entonces, llega el momento de pensar la forma en la que cuidarás de ti.
Alejarse de que lo que nos lastima, no es fácil, pero alejarse de algo, nunca lo es, lo verdaderamente sorprendente en esta situación es, todo lo nuevo que te espera detrás de esta experiencia, personas nuevas que podrás conocer en el camino, personas que sigan nutriendo tu vida de la forma que a ti te haga bien, puedes aprender a estar más atento a escucharte, conocer que tipo de relaciones quieres en tu vida, y sobre todo, qué tipo de relaciones te lastiman.
Alejarse.
Terminar.
Irse.
Romper.
Significará un duelo, así que permite a tu cuerpo y a tus emociones vivirlo, porque sólo así podrás sanarlo.
Aquí te regalo una pregunta que podrás usar para esos momentos en los que dices ¿por qué a mi?
Pregunta para reemplazar el ¿por qué a mi?:
¿Qué puedo aprender de esto?
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